Ser hija de un Maestro

Córdoba Ver. Día 15 de Mayo de 2016

Paola del Carmen Reyes Suarez

Artículo por: Paola del Carmen Reyes Suarez

Diseño Gráficoo por: Lorena Lara Meza

No sé cuántos sean los compañeros que lleguen a compartir esta situación. Algunos piensan que exagero un poco cuando les comento lo complicado que podría llegar a ser que tu padre sea docente. Claro que como todo pesa más el lado positivo que negativo.

Texto
Ser hija de un Maestro

Digamos que oficialmente mi padre es (bueno en su momento) abogado, pero con el tiempo las situaciones económicas en casa se veían un tanto difíciles y fue como se inclinó por la docencia, ayudándose de ambos trabajos.

Uno de los momentos más estresantes como padre/profesor e hija/alumno, fue cuando curse mi preparatoria. Desde el comienzo de mi curso en la institución que estudie, me toco tener a mi papa como uno de mis maestros. Es un tanto difícil convivir con un salón de clases en donde tus compañeros piensan que eres la favorita, que en cuestiones de tareas los mejores puntajes eran para ti, que en la exposiciones te tocaban de los temas más fáciles y tus presentaciones estaban más que facilitadas por el apoyo de él.

Y eso no es nada… cuando llegaba el periodo de exámenes, esta sí que era la etapa más difícil del semestre, pues todos mis compañeros pensaban que yo ya sabía las respuestas del examen e incluso recuerdo que una ocasión quisieron (no sé si lo habrán dicho de broma) sobornarme. En un parcial del semestre recuerdo que al momento en que el profesor entregaba los exámenes para revisar el resultado, una compañera al escuchar mi calificación dijo “ay pues es su hija”, lo cual fue incómodo y molesto tanto para mi papa como para mí, porque aunque era difícil que los demás captaran la idea de que ese tipo de lazo familiar no se daba en la escuela, pues obviamente se hacían comentarios acerca de eso.

Al ser hija de maestro y más cuando todo el personal que labora en la escuela te conoce, debes de adquirir un comportamiento más estricto. Eres como el ejemplo a seguir, y donde llegaras a ser algo indisciplinaría todos lo criticaban. Creo que no solo para mí el curso de mí nivel medio superior fue un poco estresante, sino también para mi papa.

Sin embargo, todo eso no me importaba, me da mucho gusto, alegría y principalmente orgullo, que mi padre haya formado parte de mis maestros de la preparatoria. Y no lo digo porque sea alguien a quien yo ame mucho, pero es una de las mejores personas realmente preparadas y que te dejaran una gran y valiosa enseñanza. Me siento orgullosa de él y más aún escuchar tantos comentarios positivos.

Imprimir